Y al fin, ELLOS.
Sin un FIN.
Una infinidad de finidades. Pero de a dos.
El quería deshacerla en una parte y partirse en miles de mitades y perderse en su aire.
Comenzó a escalarla,
trepando y clavando sus agujas filosas en sus caminos empinados.
Patinaba en los fluidos que erupcionaban violentamente de su "yo".
Caía y se levantaba.
No podía parar.
Era ácido y excitante.
Se revolcaba en ella y la mataba.
Quiso hacerla suya.
La probó dulcemente con la lengua, suave y tersa.
La tragó junto al orgasmo mudo que la llevó a sí.
lunes, 16 de abril de 2007
******La Loca y El Poeta******
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